Llevo catorce años evaluando empresas. He visto analistas brillantes fracasar por no entender algo básico: los números cuentan historias, pero necesitas saber qué historia buscar.
En 2023 revisé un análisis de un equipo junior. Técnicamente impecable. Cada ratio calculado correctamente, cada proyección con su fórmula perfecta. Pero recomendaban invertir en una empresa que claramente estaba maquillando su flujo de caja operativo mediante cambios en capital de trabajo.
El análisis financiero corporativo no es solo matemáticas. Es detective work. Buscas inconsistencias, patrones inusuales, cambios en políticas contables que nadie menciona pero que están ahí, en las notas al pie.
Cuando formas analistas, enseñas técnica pero también escepticismo saludable. Una empresa puede cumplir todos los ratios y aun así ser una inversión terrible. O puede verse débil en papel pero tener fundamentos sólidos que los números estándar no capturan.
Mi consejo después de tantos años: confía en los datos, pero cuestiona todo. Verifica las fuentes, entiende las metodologías, y nunca aceptes un número simplemente porque aparece en un sistema confiable. He visto errores en Bloomberg, en informes auditados, en presentaciones oficiales. Tu trabajo es encontrarlos antes de que importen.